porque es nuestra: la nueva constitución nos necesita. feministas apruebo.

Por Coordinación Nacional, Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres.

La rebelión popular abrió el camino de los cambios que Chile requiere: inició una etapa en que la voz de sectores oprimidos, postergados, invisibles, por fin se escuchó en las esferas que habita la élite política y económica del país. Mostró su organización, magnitud y fuerza en el plebiscito de entrada, que decidió redactar una Nueva Constitución y una Convención Constitucional elegida totalmente por la ciudadanía. Las imágenes de miles y miles de pañuelos morados y verdes, y de banderas mapuche ondeando en las multitudinarias manifestaciones anticipaban que en su composición estarían representadas paritariamente las mujeres, y los pueblos originarios mediante escaños reservados; así también organizaciones ecologistas y ambientalistas que hace décadas exigían al Estado dejar de considerar la naturaleza como un mero recurso a explotar. 

Movimientos sociales, organizaciones territoriales, independientes, las distintas naciones, la diversidad sexual, entraban por la puerta ancha a las decisiones de lo que queremos para nuestro país y por lo que hemos luchado tanto

Sí, hubo gritos, aplausos, abrazos; sí, hubo discrepancias, negociaciones y acuerdos, pero también hubo un sector conservador en defensa irrestricta de sus privilegios que nunca tuvo real interés en cambiar la Constitución de Pinochet y desde el primer día intentó boicotear la Convención, desprestigiar las ideas, emociones y comportamiento de sus integrantes. Mal que mal estaban obligados/as a compartir con las y los excluidos de siempre en la instancia más democrática y plural elegida en toda la historia del país.

Esta nueva composición de una entidad que no conocíamos en Chile fue más allá de su propia participación: abrió el espacio para toda la ciudadanía, adoptando la validez de iniciativas populares de norma presentadas solo con el requisito de 15 mil adhesiones, -las que en total alcanzaron más de un millón firmas-, y pasaran a la comisión correspondiente. Ideas gestadas y promovidas por organizaciones sociales fueron recogidas en este proceso. La Iniciativa Popular de Norma por una vida libre de violencia para mujeres, niñas y disidencias, elaborada por más de 40 organizaciones feministas y de disidencias, alcanzó el apoyo de casi 20 mil personas. El artículo 27 de la Nueva Constitución recoge este trabajo. 

Los cambios profundos que incorpora la Nueva Constitución son una amenaza para los que detentan el poder político y los privilegios económicos. Un “Estado social y democrático de derecho, plurinacional, intercultural, regional y ecológico” (Art.1) significa que nuestras vidas, sentires y bienestar son más importantes que el lucro de unos pocos con el trabajo precario de las mayorías; que todas, todos y todes tendremos derecho a existir en nuestra diversidad, a participar de las decisiones colectivas y a vivir una vida libre de violencia

Que la convivencia se establecerá de acuerdo a la Constitución y las leyes, y que, por fin, “Chile reconoce la coexistencia de diversos pueblos y naciones en el marco de la unidad del Estado” (Art.5); pueblos y naciones preexistentes, antes de la conquista y la colonia, antes que el territorio se llamara Chile, y que ahora se respetará y promoverá su cultura, su lengua, sus formas de vivir. Es decir, que convivimos, nos relacionamos y nos retroalimentamos entre diversas culturas, todas válidas y legítimas, y también en nuestra diversidad regional, que reconocerá a los distintos territorios su autonomía para decidir. Que “la naturaleza tiene derechos, que el Estado y la sociedad tienen el deber de protegerlos y respetarlos” (Art.127), que debe adoptar acciones frente a los efectos de la crisis climática (Art.129), proteger la biodiversidad (Art.130), a los animales frente al maltrato (Art.131), y todos los bienes comunes: las aguas, el aire, la tierra (Art.134).

En síntesis, uno de los grandes triunfos en la elección de la Convención fue la pluralidad, porque en ella estuvo representada la diversidad que somos en la sociedad; las voces de todas, todos y todes quienes habitamos este territorio quedaron impresas en este proyecto de futuro. Por tanto, el texto final incorpora novedades, recoge lo que nunca había sido reconocido: la responsabilidad que le cabe al Estado en garantizar los derechos sociales; una visión integrada acerca de las personas y la naturaleza, y los derechos colectivos de los pueblos primeros

La presencia de las mujeres es resultado de largas y fatigosas jornadas por compartir las responsabilidades en el trabajo doméstico, de crianza y cuidados; por nuestra participación en la vida pública sin discriminaciones, por una vida libre de violencia patriarcal. Sin duda, esta Nueva Constitución será una importante herramienta para acompañar nuestras luchas históricas. 

¡La Nueva Constitución es nuestra! 

¡APRUEBO!

Coordinación Nacional, Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres