En el segundo episodio de la tercera temporada de Mujeres en Sintonía conversamos sobre el rol histórico de mujeres en espacios laborales y las actuales condiciones de organización femenina en Chile con la periodista feminista Antonia Orellana.

En un nuevo capítulo de “Mujeres en Sintonía”, el programa radial de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, conversamos con la periodista feminista Antonia Orellana Guarello, miembra de la Dirección Ejecutiva del movimiento SOL e integrante adjunta de la Red Chilena. Junto a Antonia realizamos un recorrido histórico por los hitos de la organización de mujeres trabajadoras y analizamos la reforma laboral y las cifras de sindicalización actuales.

Respecto a la organización de mujeres trabajadoras, la periodista explicó que durante la primera mitad del siglo XX “las mujeres llegaron a la ciudad y se insertaron en espacios que no tenían posibilidad de organización ¿cómo era posible la organización de las nanas, de las prostitutas? (…) En ese sentido las mujeres formaron parte muy lentamente de lo que se conoce como la “cuestión social”, que es donde surgen los troncos históricos de organización de las y los trabajadores en Chile”.

Pese a la menor cantidad de mujeres que participaban en espacios de organización en las primeras décadas del siglo XX, el movimiento de trabajadoras organizadas contó con destacados hitos, como la fundación del Centro Anti-clerical Belén de Sárraga en 1913, además de la fundación de los periódicos obrero-feministas “La Palanca” y “La Alborada”.

Orellana detalló que, en un contexto fuertemente marcado por las presiones de Estados Unidos para contener la creciente articulación del movimiento popular en los países latinoamericanos, se implementaron una serie de medidas que implicaron directamente a las mujeres y las llevaron a incorporarse notoriamente al movimiento popular, ya como sujetas colectivas, más allá de las especificidades de cada una.

“Por ejemplo, se puede relacionar muy directamente el silencio feminista del Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (Memch) con la Ley de Defensa Permanente de la Democracia (ley anticomunista), porque muchas eran comunistas y ellas debieron replegarse de la vida política pública”, explicó Antonia.

“La reforma laboral no afecta positivamente a nadie”

En relación a la realidad actual de las trabajadoras chilenas la periodista fue enfática en señalar que esta “no afecta positivamente a nadie” y es potencialmente regresiva sobretodo para las mujeres. Uno de los mayores riesgos que expone esta reforma está dada por los denominados “pactos de adaptabilidad”, acuerdos bilaterales que pueden permitir a trabajadores y trabajadoras tener jornadas de 12 horas a cambio de algún otro beneficio.

Para Orellana esto puede “hacer caso omiso de toda la legislación laboral que se ha construido desde 1920 en adelante”.

“Nos llevamos más del 80% del cuidado de las personas enfermas y ancianos del país, ¿cuántas mujeres van a ceder en sus derechos esenciales como trabajadoras para poder salir antes o ir de emergencia a una consulta, a buscar un examen, etc. Esta es una norma que si bien no lleva el asterisco de género si es absolutamente regresiva para las mujeres”, enfatizó Orellana.

Por último, en relación a la baja cantidad de mujeres sindicalizadas, Antonia Orellana señaló que desde una perspectiva histórica, “los principales troncos de organizaciones sindicales nacieron a partir de sectores de la economía altamente masculinizados (…), por otro lado, la política siempre ha sido patrimonio de los hombres, en el entendido de que las mujeres pertenecen al espacio doméstico, que se supone no es productivo”.

Para la periodista la única forma de combatir esa “falta de interés político en que viven muchas mujeres, precisamente porque se supone que no son sus temas”, es hacer espacios de organización atractivos, con dinámicas que se adapten a las posibilidades de las mujeres.

Escucha la entrevista completa a continuación: