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El fallo que nos violenta


 

Indignante ha sido enterarnos que el día martes 5 de abril recién pasado, en dependencias del Tribunal Oral en Lo Penal de nuestra cuidad de Ovalle, se dio a conocer el acta de deliberación, en que los jueces de dicho juzgado, pese a dar por acreditado el delito de Femicidio Frustrado, señalando que el día 28 de julio del año 2015, Marco Antonio Olmos Barraza golpeó a su cónyuge Karol Pizarro y la apuñaló con una tijera de podar en diversas partes del cuerpo, quedando ella con heridas corto punzantes múltiples en cara, cuello, hombro, tórax y mama derecha, clínicamente graves, de carácter mortal que de no mediar atención médica oportuna comprometían su vida, han condenado al autor a una pena de 5 años de presidio que han sustituido por libertad vigilada intensa, en virtud de configurar dichos magistrados, la atenuante de haber obrado el autor por estímulos tan poderosos que le causaron arrebato u obcecación, ello por encontrarse en contexto de develación de infidelidad de la víctima.

Una vez más se revela una realidad que jamás hemos negado, que la víctima justifique al agresor, aunque sea su asesino, que la madre de la víctima defienda y aplauda su libertad, aunque sea un riesgo para su hija y sus nietos, porque entendemos la dependencia emocional y económica que la incrustación del patriarcado ha provocado en todas nosotras, y lo difícil que es desaprender en una sociedad aún adversa.

Lo que nos alerta, moviliza y atemoriza, no sólo nos preocupa como a la ministra Pascual, es que un Tribunal Oral a cargo de dictar sentencia definitiva condenando al imputado, pueda livianamente configurar una atenuante en base a argumentos que violentan de manera institucional la integridad y la vida de la mujer que fue víctima de esa agresión.

Qué mensaje entregará esa sentencia al condenado, si estará libre para volver a acometer contra su cónyuge. O a esa mujer que sin ponderar el valor de su vida, ha recibido un nuevo golpe que la inferioriza, esta vez de parte de jueces que justifican su asesinato frustrado por haberlo causado ella misma al develar su infidelidad.

El mensaje sigue siendo el mismo: calla la agresión, aguántala de manera virginal, casi penitente, no seas infiel porque justificarás los golpes que te han dado y los que te seguirán dando, si lo fuiste no lo digas porque causarán una obcecación que explicará tu muerte, y si quedas viva, todo quedará sin sanción efectiva porque “eres ciudadana de segunda clase sin privilegios y sin honor”.

 

Ovalle, 8 de abril de 2016,

Mujeres de Ovalle contra la Violencia de Género.