Por Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres

Este lunes 8 de abril, a las 9 hrs. convocamos a acompañar a Claudia Lorca en el Tribunal de Familia de Pudahuel, donde solicitarán a dicha institución medidas para detener el acoso judicial que han vivido ella y su hija Sayén durante los tres últimos años, por parte de Luis Gutiérrez, el padre.

En la audiencia, Claudia y su abogada, Alicia Herrera, solicitarán al tribunal decretar la restricción del régimen comunicacional entre Luis Gutiérrez y Sayén, además de que se realicen todas las acciones necesarias para que Gutiérrez deje de acosarlas judicialmente.

En 2016, Claudia terminó su relación con Luis debido a las constantes agresiones que sufría mientras estuvo embarazada. Cuando Sayén tenía tres meses, Gutiérrez se la llevó sin autorización legal, mientras paralelamente iniciaba acciones penales y civiles contra Claudia. Así fue como, durante un año completo, la madre no tuvo noticias ni del estado ni del paradero de su hija.

Gracias a una campaña a través de redes sociales y medios de comunicación iniciada por Claudia, su abogada y la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, en febrero de 2017, y con una orden de búsqueda y paradero, Claudia y Sayén pudieron reencontrarse.

Sin embargo, durante los últimos tres años, Claudia y Sayén han sido acosadas judicialmente por Luis Gutiérrez de forma sistemática, quien ha presentado más de 70 causas en contra de Claudia, demandas o denuncias que la justicia ha desacreditado, pero cuyos procesos han obligado a ella y a su hija a vivir situaciones de intranquilidad y constante temor

Los tribunales de justicia, el sistema de peritajes y los abogados inescrupulosos han sido cómplices de estas agresiones, aprovechando que la ley no impide a agresores de mujeres presentar demandas o denuncias sin tener fundamento.

No queremos que en Claudia y Sayén se repita la historia de decenas de mujeres, niñas y niños, quienes se ven sometidas/os a vivir en el miedo de la separación. Mujeres que han tenido que entregar sus hijas/os a personas que las han agredido a ellas o a los/as niños/as; otras que, cansadas de luchar, han perdido injustamente a sus hijas/os ante Tribunales de Familia; niñas y niños que deben pasar gran parte de su infancia presenciando la agresión a sus madres, agresiones directas de sus padres y de los actores del sistema.