¿Qué es la violencia ginecobstétrica?, ¿por qué es importante identificarla y abordarla desde el feminismo?, ¿cuáles son sus principales manifestaciones y cómo erradicarlas? En una nueva edición de Mujeres en Sintonía abordamos este problema junto a la matrona feminista Natasha Toledo.
Natasha Toledo es matrona, feminista y directora de Parir-NOS Chile, una organización feminista que se ha encargado de trabajar por darle visibilidad y erradicar las distintas manifestaciones de violencia ginecobstétrica. Junto a ella compartimos en el episodio 42 de Mujeres en Sintonía, el programa radial de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres.
Parir-NOS Chile se creó en 2015, tras la llegada al país de la obra de teatro Parirnos, que refleja la realidad de los partos medicalizados y la violencia ginecobstétrica. Inspiradas en la experiencia de una mujer que había vivido un parto violento y también uno humanizado y respetuoso, doce mujeres decidieron organizarse y brindar información sobre la realidad de los partos en Chile.
Natasha explica que en ese camino comenzaron a informar sobre la “altísima tasa de cesáreas, muchas intervenciones innecesarias, excesiva medicalización del parto” y también a recoger experiencias buenas y malas de diversas mujeres que habían vivido embarazos. “Abrimos espacios de reflexión, talleres para parejas gestantes, gratuitos o a muy bajo costo y comenzamos a ir a donde nos invitaran para hablar de este tema”.
Desde Parir-NOS Chile insisten en posicionar el concepto de “violencia ginecobstétrica”, y no tan sólo violencia obstétrica, “porque también queremos abordar todo lo que es ginecología, atención en salud sexual y reproductiva. No lo viven solo las mujeres en los partos, sino que en cualquier atención de salud que involucre un proceso sexual y reproductivo”, señaló la matrona.
La matrona se refirió a las atenciones médicas en salud reproductiva como espacios donde generalmente “no se nos entrega opciones, sino que muchas veces se está decidiendo por nosotras qué es lo mejor, nos está imponiendo un tipo de anticonceptivo, nos está cuestionando la forma en que vivimos nuestra sexualidad, las decisiones que tomamos”.
A juicio de Natasha, esta es claramente “una forma de controlar la vida sexual y reproductiva de las mujeres y que una no pueda ejercerla en forma autónoma”.
Manifestaciones de la violencia
Si bien las manifestaciones más explícitas de violencia ginecobstétrica están relacionadas con el uso excesivo de medicamentos y la aplicación de prácticas médicas como maniobras prohibidas, uso de fórceps, etc. Natasha Toledo explicó que “ninguna intervención de por sí es violencia obstétrica, sino que es violento realizarlas sin autorización de la mujer y sin que esté avalado por la ciencia utilizarlo en esa mujer”.
Además, la matrona fue enfática en señalar que previo a las manifestaciones físicas de la violencia, en numerosos casos existe un trato violento, que pone en cuestión la vida sexual de las mujeres o que desvaloriza el conocimiento sobre el propio cuerpo y que esas expresiones por parte del personal médico constituyen formas de violencia ginecobstétrica.
Uno de los aspectos que más llama la atención sobre Chile es el elevado número de cesáreas que se realizan anualmente. “Hay que separar lo que ocurre en el sistema privado del público. En el sistema público hay un 40% de cesáreas y en el privado un 70%, y esto no se debe a que las mujeres del sector privado están más enfermas o tienen más patologías, sino que se debe al negocio del nacimiento, a cómo se lucra con el cuerpo de la mujer, con el miedo a parir, se le vende que al cesárea es más segura, se le miente, se le manipula”, explicó Natasha.
La cifra es aún más preocupante considerando que la Organización Mundial de la Salud dice que el porcentaje de cesáreas en un país no debería superar en ningún caso el 15% de los nacimientos.
En definitiva, Natasha explicó que con los procedimientos médicos tendientes al lucro en el nacimiento “estamos patologizando un proceso que debería ser muy natural”.
Por último, Natasha Toledo detalló que en caso de sufrir alguna situación de violencia ginecobstétrica, en el sector público existe la Oficina de Información, Reclamos y Sugerencias (OIRS) y que debes dirigirte a denunciar lo sucedido con el mayor detalle posible: lugar, fecha, hora, nombre del prestador, etc. Si la OIRS no responde en el plazo que estipula la ley, es posible llegar a la Superintendencia de Salud para que actúe como mediadora en el caso.
Escucha el programa completo a continuación: