En el regreso de “Mujeres en Sintonía” estuvimos con Silvana del Valle, abogada e integrante de la Red Chilena conversando, a partir de las acusaciones contra Herval Abreu, sobre acoso sexual laboral: cómo identificarlo, enfrentarlo y combatirlo.

En el inicio de la tercera temporada de Mujeres en Sintonía conversamos sobre los diversos hechos de violencia machista que ocurrieron en Chile y en el mundo las últimas semanas. A partir de las denuncias contra el director televisivo Herval Abreu, junto a la abogada Silvana Del Valle, analizamos el caso puntual y ahondamos en acoso y abuso contra mujeres en el contexto laboral.

Respecto al tratamiento informativo y la opinión pública en este caso específico, Silvana aseguró que “cuando se destapan este tipo de hechos la atención se centra nuevamente en la responsabilidad de las mujeres, tanto en las que fueran víctimas como aquellas que rodeaban la situación y es lo mismo que ocurre con cualquier otro hecho de violencia”.

La abogada explicó que cada caso de violencia está relacionado, es parte de un continuo y se trata de “el poder que tienen los hombres de ejercer sobre las mujeres violencia y cómo las mujeres son aisladas o separadas de ciertos espacios”. En ese contexto, el acoso laboral se trata justamente de privar a las mujeres del espacio productivo.

“Se sienten con el derecho de determinar quiénes deben estar en estos espacios productivos y quiénes no. El acoso laboral dice relación con esto y no precisamente con el placer sexual”, explicó Del Valle. Así como en el trabajo, en todos los espacios sociales masculinizados hay un esfuerzo por denigrar y separar a las mujeres.

Violencia fragmentada

A juicio de Silvana Del Valle uno de los problemas de la legislación chilena es que fragmenta la violencia, la divide en parcelas: trabajo, familia, calle; sin comprender que “la violencia es una situación que atraviesa todas las esferas de nuestra vida”. El acoso sexual se inserta de manera muy acotada en la legislación, dejando de lado muchas situaciones que se dan en otros contextos, por ejemplo, universidades o instituciones académicas.

“La fragmentación nos hace pensar que las violencias son distintas y no lo son. Hay distintas formas de manifestación de la violencia, pero la violencia machista es la misma”.

Ahondando en la precariedad de la ley, Del Valle explicó que en general “cuando se incorporan este tipo de normas se hace a través de la sospecha de las mujeres. La palabra de las mujeres no es confiable para los legisladores, magistrados, para el poder ejecutivo, no es confiable para la autoridad y esto es una manifestación de violencia institucional”.

La discusión parlamentaria en el proyecto de ley que tipificó el acoso laboral tuvo una extensión de once años, y una de las principales trabas para su promulgación fue el eventual “abuso del derecho”, es decir, la idea de que las mujeres inventarían denuncias, tal y como plantean sectores conservadores hoy en día en la discusión del aborto bajo la causal de violación.

Silvana Del Valle aseguró que para aprobar la ley se tuvo que hacer una concesión que implica un castigo para las mujeres: si no demuestran el acoso, deben pagar una indemnización. De esta forma este es “el único derecho laboral en que el trabajador o trabajadora tiene que pagar una indemnización si no logra acreditar los requisitos para acceder a este derecho”.

Las trabas institucionales para denunciar acoso sexual en un contexto laboral, se suman a que en la mayoría de los casos las situaciones de acoso se dan en contextos en los que no hay testigos que puedan acreditar el hecho, por lo tanto, es muy difícil conseguir un castigo efectivo.

¿Cómo enfrentar una situación de acoso laboral?

  • Identificar que hubo acoso: la naturalización de la violencia muchas veces hace pensar a las mujeres que son exageradas o que “sólo son bromas”. El factor clave para identificar el acoso es la incomodidad. Si te sientes incómoda o crees que tu consentimiento está siendo sobrepasado es acoso.
  • Contarlo a alguien de confianza: ojalá que sea una mujer del mismo entorno laboral, muchas veces al contarlo descubrimos que no somos las únicas víctimas de este tipo de situaciones, que son hechos repetidos por las mismas personas en el mismo espacio.
  • Buscar alianzas: es importante buscar aliados o aliadas y organizarse. A veces los sindicatos pueden ser un buen aliado, sin embargo, no siempre se asegura que van a creer y ayudar a las mujeres. Es importante organizarse con un grupo de trabajadores o trabajadoras que apoyen la denuncia y se hagan parte del proceso.
  • Precaución: muchas veces el que se entere la persona equivocada puede traer graves consecuencias para la mujer que denuncia. Hay que ser cuidadosa, estar atenta, saber en quien confiar y estar al tanto de los reglamentos internos y externos para llevar a cabo las acciones

“El tema más importante, es que más allá de las acciones legales y las protecciones que te pueda entregar la ley, lo más importante es organizarse y denunciar. Lamentablemente la parte jurídica no siempre da resultados. La violencia es un problema cultural y desde las raices de la cultura la tenemos que erradicar todos y todas”, cerró Silvana Del Valle.

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