Esta es la cuarta semana del 2019 y ya se han consumado cinco femicidios en Chile. Según cifras del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género -que sólo considera aquellos perpetrados por convivientes, cónyuges o ex cónyuges dejando afuera los ataques efectuados por otros familiares, amigos, conocidos y desconocidos- hasta la fecha se han registrado ocho femicidios frustrados. Es decir, al menos ocho mujeres han sobrevivido a agresiones que pretendían acabar con su vida.  

Paralelamente, cuerpos de cinco mujeres han sido encontrados en ríos, sitios eriazos, zanjas, calles sin establecerse aún el motivo de sus muertes. Hasta ahora no se ha esclarecido si estas muertes son femicidios, lo que sería posible suponer en una sociedad patriarcal donde ser mujer es factor de riesgo. En cualquier caso, estos hallazgos dan cuenta de un desprecio por la vida de las mujeres.

La violencia contra mujeres es responsabilidad de la sociedad en su conjunto: escuelas, universidades, instituciones privadas, familias, medios de comunicación, deben comprender la profundidad del problema y comprometerse a erradicarlo.  Aunque a menudo lo olviden, los medios de comunicación tienen un importante rol social: el de informar, educar, dar herramientas que permitan a sus audiencias tomar conciencia respecto de los graves problemas sociales que enfrentamos cotidianamente, y este es uno de ellos. ¿Dónde está la prensa investigando estos casos y abordando la violencia machista?, ¿acaso la violencia contra mujeres solo se utiliza para subir el rating a punta de morbo o para alimentar la sección de crónica roja?

Sin embargo, es en el  Estado en donde recae una responsabilidad mayor, en la medida que es su deber garantizar una vida libre de violencia para niñas y mujeres. Tenemos claro que sus organismos son ineficientes, en primer lugar, porque no cuentan con una comprensión integral sobre esta violencia específica, que se manifiesta como un continuo en nuestras vidas, pero también por la negligencia de sus funcionarios/as en cuanto a actuar, investigar y sancionar. ¿qué sabemos de las niñas y mujeres desaparecidas en años anteriores?, ¿cómo llamar a denunciar la violencia patriarcal cuando, por ejemplo, en 2018 un 42% de los femicidios consumados contaban con denuncia(s) previa(s)?, ¿cuántos femicidios quedan olvidados en la impunidad?, ¿con cuánto ahínco se investigan los crímenes contra mujeres?, ¿cuánto presupuesto se destina a la prevención y sanción de la violencia machista? Para la sociedad chilena y el Estado, las vidas y muertes de mujeres son igualmente secundarizadas.

Exigimos el inmediato esclarecimiento de los crímenes de las mujeres que han sido encontradas muertas; investigación exhaustiva de las desapariciones; sanción a los femicidas y la implementación de políticas públicas de prevención reales, con presupuesto adecuado, formación a las/os funcionarias/os y seguimiento. No basta con buenas intenciones ni campañas publicitarias.

RED CHILENA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES.

ENERO 2019