Por Lorena Astudillo

18 de Enero, 2016.

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¿Qué entienden los políticos por violencia?


El ex presidente de RN reaparecido como vocero de Chile Vamos señaló hace unos días en La Segunda que “habiendo renunciado el ministro del Interior cuatro días antes por “violencia de intrafamiliar amerita que nosotros generemos un hecho político”. Sin duda esta repugnante intervención lo retrata de cuerpo entero.

La violencia intrafamiliar, que es una de las tantas formas en que se manifiesta la violencia machista, es en sí un tremendo hecho político: alrededor de 130.000 mujeres la denuncian cada año. 58 mujeres fueron asesinadas en 2015 y el doble de femicidios se frustraron; se perpetraron cerca de 3000 violaciones a niñas y mujeres, e incontables acosos y abusos sexuales. Esta es la dolorosa realidad que tenemos como país, sin embargo jamás hemos escuchado a Larraín decir ni media palabra sobre el tema.

En vez de banalizar y burlarse de lo que significa realmente la violencia que viven las mujeres dentro de sus hogares, comparando una discordia entre un ministro y su jefa, Chile Vamos y los demás personajes del mundo partidista, deberían reaccionar condenando las agresiones a aquellas mujeres y niñas asesinadas, quemadas por negarse a tener relaciones sexuales con sus jefes: violadas, acosadas, estereotipadas.

No es la primera vez que nos vemos enfrentadas a discordias entre autoridades políticas. Recordemos la gran pelea twittera entre José Piñera y Rodrigo Hinzpeter, siendo uno hermano del presidente de la república y el otro su ministro del interior. ¿Por qué no se les ocurrió en esa oportunidad decir que estábamos frente a un episodio de violencia intrafamiliar? Cuando el entonces presidente Ricardo Lagos pidió públicamente la renuncia del subsecretario de salud Antonio Infante causando un gran revuelo político: dimes y diretes entre presidente, subsecretario y ministro de salud defendiendo lo indefendible. Infante tomó la decisión de entregar la píldora del día después a todas las mujeres que lo solicitaran. A Lagos no le pareció correcto ya que según él, sólo la “merecían” las mujeres violadas. Si hiciéramos en este caso la analogía del Sr. Larraín ¿esto también sería violencia intrafamiliar?

Les entrego la respuesta: ¡NO! no es violencia intrafamiliar, son luchas de poder machistas entre militantes políticos que ejercen cargos de poder y que pretenden hacer valer la postura de su partido a costa de todo, más aún si en el conflicto está involucrada una mujer, a la que inmediatamente asocian al espacio familiar, tratando de dejar toda esta situación en un ámbito privado La violencia contra las mujeres (y la intrafamiliar, una de sus manifestaciones) es dolorosa y cobra vidas. Con esto me refiero no sólo a los femicidios, ni a las secuelas de las que “por suerte” algunas quedan vivas. Me refiero a que impone formas de vivir de las mujeres, quienes, por culpa de personajes como Larraín, , vemos cada vez más lejos el necesario cambio cultural que se requiere para comenzar a eliminar de una vez por todas la violencia hacia las mujeres.