Durante la crisis sanitaria que atravesamos, hemos podido ver cómo el gobierno ha actuado con desidia y negligencia respecto al bienestar de las mujeres. Hoy declaramos: la misoginia de la administración de Sebastián Piñera pone en riesgo la vida de las mujeres y niñas. 

Llevamos tres meses en una crisis que no solo es sanitaria, es profundamente política y social, y en estos casi 90 días no hemos visto ninguna política pública que intente enfrentar la violencia patriarcal que en estos contextos recrudece. Las organizaciones de mujeres de Chile y de todo el mundo lo advertimos: la precariedad y el confinamiento mantienen a las mujeres y niñas de manera indefinida junto a parejas, padres, hijos, hermanos, tíos,  agresores, y nos obligan a realizar labores de cuidado y de sobrevivencia económica, muchas veces ya sometidas a violencia en un mismo espacio.  

El gobierno ha decidido abordar el problema con medidas superficiales, visibilizando solo los canales de denuncia, que mucho antes de la pandemia se mostraban absolutamente insuficientes. Prueba de esto es el porcentaje abrumador de víctimas de femicidio que contaban con medidas cautelares al momento de sus asesinatos: por ejemplo, 42% en 2018.

Hoy el diagnóstico es el siguiente: mujeres que se acercan a denunciar y sus denuncias son ignoradas. Regiones donde no hay disponibilidad en casas de acogida para mujeres que están en riesgo de muerte. Medidas cautelares que no sirven. Policías que no hacen las rondas diarias para salvaguardar la vida de mujeres que acudieron al Estado por protección. 

Paralelamente, cientos de mujeres están quedando sin poder acceder a atención ginecobstétrica ni a anticonceptivos a lo largo del país. Organizaciones feministas denuncian que ni siquiera la insuficiente ley de aborto en tres causales está pudiendo ser llevada a cabo. La crisis terminará con un saldo de cientos de mujeres que no recibieron atención médica adecuada y con un alza aún más preocupante de embarazos no deseados, tanto de relaciones consentidas, como de violaciones a mujeres y niñas. 

Campañas comunicacionales erradas, medidas sin recursos y la puerta giratoria del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género confirman lo que ya sabíamos: para este gobierno el ministerio a cargo de enfrentar la violencia patriarcal es visto como un ministerio de cuarta, secundario, casi accesorio. Y, la violencia contra mujeres, como un daño colateral, como si fuera parte de las pérdidas estimadas. 

Primero fue Isabel Plá y su silencio ante las sistemáticas vulneraciones a los derechos humanos durante la revuelta social. Luego de dos meses de subrogancia a la cabeza del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y, en medio de una crisis sin precedentes cercanos, asume Macarena Santelices, desprovista de experiencia en la materia y reconocida por sus dichos racistas y por defender a criminales de lesa humanidad. Como una burda provocación, un mes más tarde, nombró como parte de la División de Estudios de Género a Jorge Ruz, ex productor de eventos del medio de comunicación La Cuarta, quien no solo no tiene ningún tipo de preparación para el cargo, sino que ostenta una larga trayectoria en un medio que se ha destacado por banalizar la violencia patriarcal y posicionar a las mujeres como objetos hipersexualizados y de consumo. 

Luego de este espectáculo, entra a presidir el ministerio Mónica Zalaquett, siendo parte de la tradición que ha asentado este gobierno: poner a personas que no están capacitadas y que exhiben como parte de sus currículos demostraciones de misoginia. En este caso, la romantización del embarazo producto de violación de una niña de 11 años, que la nueva ministra calificó en su momento como un acto “valiente” y la oposición al aborto y al proyecto postnatal de seis meses, que tuvo lugar en 2011 durante el primer mandato de Piñera.

El gobierno exhibe sin pudores sus posiciones ideológicas, donde las mujeres quedamos siempre relegadas, escondidas, subsumidas. Prueba de esto es el inexplicable rechazo del gobierno al proyecto de Postnatal de emergencia que buscaba proteger a recién nacidos, mujeres madres y a sus familias de Covid-19. O, los sesgos sexistas por parte del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) -organismo dependiente del Ministerio de Educación- que en un curso de perfeccionamiento docente enseñaba supuestas diferencias en los perfiles de alumnos y alumnas de primero a tercero básico, profundamente discriminatorias, estereotipadas y concordantes con los tradicionales roles de género que han posicionado siempre a las mujeres en roles pasivos y sin valor. 

Es por eso que hoy declaramos que no solo no tenemos ministra, en este país no hay gobierno para las mujeres en su amplia diversidad: adultas, niñas y ancianas, chilenas, migrantes, indígenas, afro, con discapacidad, disidentes. El Estado de Chile carece de una mirada multidimensional que reconozca la distintas manifestaciones de violencia que vivenciamos las mujeres a lo largo de nuestras vidas, lo cual va en desmedro de la posibilidad de vivir dignamente.  

Como antesala de este encierro estuvo la explosión feminista en instituciones educativas en 2018; la revuelta social de octubre de 2019 donde las mujeres tuvimos un rol central; el 8 de marzo de 2020, donde fuimos más de dos millones de feministas ocupando todos los espacios, haciendo nuestra la calle y poniendo en el centro la exigencia de una vida libre de violencia, al tiempo en que apuntábamos al Estado en su calidad de macho opresor: patriarcal, capitalista y colonial. 

Las feministas llegamos a esta crisis articuladas, tejiendo vínculos de protección entre nosotras y buscando nuevos relacionamientos en la vida colectiva. Con esa misma potencia y energía hoy decimos: frente al imperio de este gobierno misógino: ¡organización feminista por la defensa de la vida y mucho más!

Firman:

Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres
Colectiva Las Fieras de Ancud
Frente de Mujeres Georgina Riquelme, Alto Hospicio
Corporación Siglo XXI, Osorno
Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, Talca
Juntas y revueltas, Las Cabras
Coordinadora Feminista de Punta Arenas
Colectivo de Mujeres de Curicó
Lideracción, Puerto Montt
Colectiva Feminista Las Patiperras, La Serena
Resueltas del Valle, Huasco
Colectivo Feminista Julieta Kirkwood Arica Parinacota
Red Chilena contra la Violencia Arica Parinacota
Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres Sexta Región
Red de Mujeres de Valdivia
Javiera Aliaga Díaz – Socióloga
Andrea Velasco Leiva – Psicóloga
Claudia Moreno Nuñez – Profesora